Introducción
Asumimos que nos enfrentamos a un inmenso desafío al intentar, desde “dentro del capitalismo”, exponer sus contradicciones una vez que ya no existen márgenes o “afueras” que lo permitan. La tarea de aquellos que apuestan a la abolición de clases se torna mas difícil: como volver a las categorías que reflejan relaciones sociales básicas del capitalismo y permiten comprender nuestra propia practica; desarolladas y enriquecidas desde el propio movimiento del capital con el objetivo de confrontarlas a la verdadera “industria de cada aspecto/detalle de la vida” que amolda el terreno donde experimentamos nuestra vida cotidianamente.
Por eso a continuación extraemos unos fragmentos con definiciones que no pretenden ser dogmas ni pensamiento cristalizado, sino categorías que aluden a elementos presentes en nuestra realidad pero ocultados a modo de volver imposible comprender (y por tanto actuar) la esclavitud asalariada. No hablamos de “inventos” ni “novedades académicas”, tampoco de teorías alejadas de cualquier practica sino mas bien, teorizaciones criticas en torno a elementos fundamentales existentes en la totalidad que llamamos capitalismo. Su exposición tiene como objetivo una vinculación directa con la experiencia, a modo que lo que a continuación presentamos no sea un puro “leer para repetir”, sino una incorporación practica en la conciencia cotidiana, incitadora a la revuelta aquí y allá.
Solo dejar en claro que esto no pretende ser un manual, sino una provocación a un reconocimiento de lo que hacemos con lo que se ha teorizado, a modo de obtener un panorama amplio y rico para comprender mas lucidamente cómo nos explotan y dominan; para en contrapartida continuar ensayando métodos antagónicos a lo existente, sin dejar tiempo para un “momento adecuado”, sino que este es el momento, y lo que hagamos es una lección que requerimos hoy para una sociedad que merece ser destruida antes que esta termine con nosotros.
Fuente: https://gritasalvaje.wordpress.com
Comunismo
sacado de comunismo difuso y otros
“Los conceptos mas importantes y verdaderos de la época son condicionados precisamente organizando alrededor de ellos la mayor confusión y los peores contrasentidos. Los conceptos vitales conocen a la vez los usos mas verdaderos y los mas mentirosos” (Internacional situacionista, 1966)
Comunismo Una de las palabras mas ensuciadas por la historia a partir de la degeneración de la revolución rusa de 1917, al punto que se habla de “Estado Comunista” para referirse, por ejemplo, al sistema de explotación capitalista que se aplica en China (nosotros preferimos hablar de “estalinismo”, para referirnos a esa forma de dominación capitalista.
Comunismo viene de comuna, y designa una comunidad humana no alienada ni por el trabajo ni por el Estado. La mayor parte de su historia la humanidad vivió en el llamado “comunismo primitivo”, hasta el surgimiento de clases y poderes separados de la comunidad.
En algún momento Marx dijo que el comunismo no es un estado ideal a alcanzar algún día, sino “el movimiento real que suprime/subvierte las condiciones existentes”. En este sentido “existe desde ahora, no como sociedad ya establecida, sino como esfuerzo, como tarea para prepararla. Es el movimiento que tiende a abolir las condiciones de existencia determinadas por el trabajo asalariado, y las deja abolidas efectivamente por la revolución” (Dauvé). De ahí que hablemos de un “comunismo difuso” que nunca ha dejado de existir.
Por eso, han sido “comunistas” todos los movimientos que, desde el surgimiento de las clases y el Estado, apuntan a su destrucción, aunque a veces se expresen en forma inconciente o con un lenguaje mesiánico, religioso o utópico. Pues tal como señala la corriente insurrecionalista, “una ruptura en la reproducción continua de este sistema de explotación y opresión ha sido siempre posible” (Killing King Abacus)
En tanto movimiento unitario y antiestatal, el comunismo es por definición, anárquico. Pese a que para muchos marxistas lo denunciable en el capitalismo es la “anarquía de la producción”, para nosotros la Anarquía consiste en el combate permanente contra el Estado y todo poder separado. Y al igual que el comunismo “es una cuestión de ser”
Invariante, 1969
Tal vez la mejor definición reciente de comunismo es esta:
“Cualquier definición económica del comunismo sigue estando dentro de la esfera de la economía, esto es, la separación de los momentos de la producción del resto de la vida. El comunismo no es una sociedad que alimentaría adecuadamente al hambriento, cuidaría al enfermo, alojaría al que no tiene casa, etc. No puede basarse en la satisfacción de las necesidades tal como existen hoy o incluso como podríamos imaginarlas en el futuro. El comunismo no produce suficiente para cada cual y lo distribuye equitativamente entre nosotros. Es un mundo en el que la gente entra en relaciones y actos que (entre otras cosas) dan como resultado que sean capaces de alimentarse, cuidarse, alojarse…ellos mismos. El comunismo no es una organización social. Es una actividad. Es una comunidad humana”
Declive y Resurgimiento de la Perspectiva Comunista. Introducción a la edición de 2002.
También Ver:
Comunismo: elementos para la reflexión
Comunizacion
“El termino inmediatamente evoca varios experimentos sociales e intentonas revolucionarias desde la Comuna de Paris y las comunidades socialistas utópicas en el siglo 19 a varios intentos contra-culturales de reconstituir las relaciones sociales en un nivel mas comunitario tales como la escena okupa en los 70 y 80´s. La tendencia Tiquun-conocida como “El Comité Invisible” luego del libro La Insurrección que viene, disponible íntegramente en el sitio Caosmosis- se basa en esta larga historia del antagonismo secesionista. Ellos ven la comunizacion como siendo esencialmente la producción, a través de la formación de “comunas”, de formas colectivas de subjetividad radical. Esto desestabiliza la producción de subjetividad y valor tanto dentro del capital como de formas más tradicionales de organización política, conduciendo eventualmente a una ruptura insurreccional. La “Comunne” en esta versión no es necesariamente una manga de jipis aspirando a una vida libre de contaminantes.
En “La insurrección que viene”, una comuna es todo aquello que “busca destruir toda dependencia económica y toda dominación política”, desde las huelgas salvajes a Radio Alice en Bologna en 1977. Sin perder completamente el punto, existe en esta postura un riesgo a oscurecer la especificidad de “comunizacion” en tanto concepto y forma de praxis que, como ha señalado Enanotes, emergió dentro del medio ultra izquierdista post68 y más tarde en el anarquismo insurrecionalista a través de Alfredo Bonnano. Una definición mínima de comunizacion podría ser, como la formularon Dauvé y Francois Martin en 1972, la siguiente:
“el comunismo no es un conjunto de medidas para poner en practica después de la toma del poder….Todos los movimientos pasados fueron capaces de llevar la sociedad a una pausa y esperar que algo surja de esta parálisis universal. La comunizacion, por el contrario, circulara bienes prescindiendo del dinero, abrirá las puertas que aíslan a las fabricas de su entorno, cerrara las fabricas en las que el proceso de trabajo sea demasiado alienante como para poder mejorarse, eliminara la escuela entendida como centro especializado para adolescentes en el que se disocia la teoría de la praxis, derribara los muros que obligan a las personas a vivir encerradas con la familia en celdas de tres habitaciones; en resumen, tendera a eliminar todas las separaciones…”
De un texto de Jhon Cunningham sobre “Introducción a la comunizacion contemporánea”, tomado de www.linbcom.org traducido y levemente modificado.
Nota: Agregamos también una definición de “Comunización: una ’llamada’ y una ’invitación’
Publicado en Troploin, septiembre 2004” Sacado de Comunizacion
“Hablar de comunización es afirmar que la futura revolución no tendrá ningún sentido emancipador ni posibilidad de éxito a menos que despliegue desde sus comienzos una transformación comunista en todos los planos, desde la producción de alimentos hasta el modo de comerlos, pasando por la forma en que nos desplazamos, dónde vivimos, cómo aprendemos, viajamos, leemos, el modo en que nos entregamos al ocio, amamos y odiamos, discutimos y decidimos nuestro futuro, etc. Este proceso no sustituye, sino que acompaña y refuerza la destrucción (necesariamente violenta) del Estado y de las instituciones políticas que sostienen la mercancía y la explotación salarial. Esta transformación, que se dará a escala planetaria, se extenderá sin duda a lo largo de generaciones, pero no dependerá de que se hayan creado previamente las bases de una sociedad futura, destinada a realizarse únicamente después de una fase más o menos larga de “transición”. Esta transformación no sería una mera consecuencia de la conquista (o la demolición) del poder político, que posteriormente daría paso a un trastorno social. Ella sería lo contrario de lo que resume la fórmula de Víctor Serge (entonces bolchevique), que escribió en 1921: “Toda revolución es un sacrificio del presente en nombre del futuro” [2]. Para decirlo positivamente: no se trata solamente de hacer, sino de ser la revolución.
Notas
[1] R.Simon, BP 17, 84300 les Vignères. [http://theoriecommuniste.communisat…]
[2] Les anarchistes et l’expérience de la Révolution russe, 1921, reproducido en Mémoires d’un révolutionnaire Laffont, coll. Libros.